Banshee es una de esas serie que te dan dosis de acción, violencia y sexo a partes iguales, pero que sorprende con una trama mas complicada que un ex-convicto reconvertido en policía imponiendo su propia ley. La complejidad y profundidad de los personajes enriquece a una serie que podía caer en la simple formula de violencia y sexo al más puro estilo Spartacus, pero que nos sorprender con un escenario en el que tienen cabida tanto tribus indias, los amish o bandas de moteros con extorsiones, robos, asesinatos y drogas. La creación y dirección está a cargo de David Schickler y Jonathan Tropper, con  Alan Ball, creador de True blood y Six Feet Under, en la producción. La serie, en un primer momento, iba a ser para la HBO pero acabó en su hermana pequeña Cinemax y ha sido un gran éxito para la pequeña cadena que con casi medio millón de espectadores en su estreno, ha cosechado el mejor resultado de su historia en un producto de la propia casa. Tanto es así que tras la emisión del tercer capitulo la cadena anunció la renovación de la serie para una segunda temporada, apostando fuertemente por la ficción.

Su trama se centra en Lucas (Anthony Starr) un ladrón que tras pasar diez años en prisión va en busca de su  compañera y amante Carrie (Ivana Milicevic), para recuperar su parte del botín del robo que ambos realizaron, la búsqueda le lleva a pueblo de Banshee donde presencia un tiroteo entre el nuevo sheriff y los hombre de Kai Proctor, el dueño entre otras cosas de una industria cárnica y de todo el aspecto criminal de la zona como extorsión, asesinato, drogas... La muerte del sheriff  y su necesidad de esconderse de Rabbit, el hombre a quien robó, provoca que decida suplantar la identidad del sheriff, adquiriendo su nombre, Lucas Hood y su puesto de sheriff en Banshee.