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Posted by : Unknown miércoles, 27 de febrero de 2013


Esta semana los caminantes de TWD tienen un aroma distinto, se percibe un olor diferente, como el de la sangre, provocado por la ola de dolor y sufrimiento que está a punto de producirse.  El undécimo capitulo de la temporada con el titulo I ain´t a judas a girado en torno a la figura de Andrea. El ritmo de capitulo ha sido lento, pero los cambios de escenario entre la prisión y Woodbury han facilitado que esta lentitud no se notara en exceso como fue el caso del noveno episodio, The suicide King, además la expectación por saber las reacciones de los dos bandos tras el ataque del Gobernador en Home ha sido suficiente para cubrir la falta de acción, y de zombies, del capitulo.

Las dudas comienzan a surgir en la prisión, la debilidad que ha mostrado su refugio ante el ataque del Gobernador ha hecho si merece la pena continuar allí o abandonarlo, saben que la lucha está desigualada frente a Woodbury que cuenta con más hombres y mejor armamento. El peso de las decisiones recae de nuevo en Rick, un líder que se tambalea capítulo a capítulo entre delirios y fantasmas. Hershel le pide que tome las decisiones necesarias, que haga la función que le corresponde y les proteja a todos. Carl, su hijo, le pide todo lo contrario que abandone el cargo, que se libere de la pesada carga que le impide superar la muerte de  Lori y  se recupere.


La situación en Woodbury es completamente distinta, si el grupo de Rick duda sobre que camino tomar, el gobernador está preparando la guerra, seleccionando a los hombres y mujeres que puedan combatir - incluso a los niños, aunque solo a partir de los 13 años -  y así formar un ejercito organizado. Entre planes de guerra, aparece Andrea buscando explicaciones sobre la visita del Gobernador a la prisión y su desenlace, cada vez tiene más dudas de todo lo que le dicen en Woodbury.

El carrusel de cambios de escenarios que se dan en el episodio nos lleva de nuevo a la prisión, en este caso para discernir que hacer o no hacer con Merle, por un lado tenemos la opinión de Glenn - que no quiere verle ni en pintura - de echarle y por otro la de Hershel que ve en él una buena baza para la batalla que está próxima, la charla entre ambos - Hershel y Merle - pone de manifiesto al verdadero enemigo con el que se enfrentan, la cara real del gobernador, una persona cruel y sin escrúpulos, que hará todo lo posible por ver sufrir a Rick.

La acción va cambiando rápidamente, por un lado, vemos el proceso de selección para el ejercito, con una Andrea que está cada vez más a disgusto con la situación, hasta tal punto que piensa en mediar en el conflicto, visitando a sus antiguos amigos. Por otro lado, recuperamos la relación entre Carol y Daryl, en la que le pide que no se deje arrastrar por un hermano que no le conviene. Finalmente, Andrea decide ir a la prisión con o "sin consentimiento" del Gobernador, con ayuda de Milton toma un zombie para que le ayude a ahuyentar a los demás, le corta los brazos y le parte los dientes - ¡La escena gore gratuita de esta semana! -  En ese momento se cruzan con... el grupo de Tyrese, que se encaminaban sin saberlo hacia Woodbury, Milton se los lleva al pueblo mientras Andrea se dirige a la prisión.


Andrea llega su destino, pero el recibimiento no es el esperado, frío y distante. Andrea intenta demostrar como nos dice el titulo del capitulo que  "yo no soy un judas", y que ir allí solo tiene el objetivo de llegar a un trato que calme la situación entre los dos bandos, evitando con ello una masacre ya anunciada. La conclusión que se saca de todo es que la única forma de parar la guerra es matando al Gobernador. Antes de marcharse tiene tiempo de recibir un reproche por parte de Michonne, a la que abandona por la comodidad de Woodbury - además le confirma que si ella se hubiese marchado también la habrían intentado matar como a Michonne - y de conocer todos los detalles sobre las ultimas bajas como la  de Shane, T-Dog o Lori.  Finalmente se va con la sensación de que la única forma de pararlo todo es con la muerte del Gobernador, Rick le da una navaja para que lo lleve a cabo.


A las manos del Gobernador llega una gran baza para la guerra contra Rick, el grupo de Tyrese está en Woodbury y con ellos toda la información sobre la prisión, sobre como es, que lugares son más débiles e  incluso sobre la otra entrada a la prisión por la que ellos mismos entraron. El rostro se le ha iluminado de repente poniendo una expresión perversa de felicidad - esa sonrisa maligna de oreja a oreja, mientras le dice al grupo de Tyrese que descanse, me ha encantado -.

La charla final entre los miembros más importantes de la prisión nos muestran el camino que van a seguir desde ese momento, dando por echo que la guerra ocurrirá, aun con Andrea intentando evitarlo. Mientras Andrea al ritmo de Hold On, intenta asesinar al gobernador como Carol le dijo que hiciese pero finalmente no puede hacerlo, - ¿Se arrepentirá de la decisión que ha tomado? Espermos que si -.


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